miércoles, 2 de mayo de 2012

Hugo Martín se convierte en SETHLER.

El gran día llegó. Hugo Martín, más conocido como Sethler Daniels, daba su primer concierto en la sala Costello de Madrid, siendo también su primer directo con la banda.


Todavía no se podía bajar y la planta de arriba ya se había llenado, la noche prometía. Amigos, conocidos, y demás oyentes llenaron la platea hasta el último escalón, la sala se nos quedó pequeña, y algo apelotonados aplaudimos con ganas al ver salir al chico de la americana junto a sus músicos.


Exprimió todo el jugo de su último disco ''Batalla'', dándolo todo con canciones que nos llegaron a emocionar.
Temas como 'Aunque', 'No me arrepiento', y por supuesto su gran single 'Míranos', nos pusieron los pelos de punta y que las ganas de que no acabase el concierto aumentasen cada vez más.


Hubo sorpresas: en 'Acaba tú mis frases' pudimos disfrutar de la voz de Carmen Boza, que esperaba entre el público el momento justo para subir y compartir escenario con Hugo. 
Y no sólo eso, si no que con una inesperada versión de Los Burning (' Mueve tus caderas ') nos dejó a todos con la boca abierta y puso en movimiento nuestras caderas, recordando aquel rock'n'roll de los '70.


Pocas, tímidas, pero bonitas palabras salían de vez en cuando de Sethler, transmitiéndonos confianza y simpatía. Punto a su favor.




Cervezas frías, flashes volando, y una gran lluvia de aplausos para finalizar.










(Cada palabra en otro color quiere decir que si pinchas en ella te lleva a su página web correspondiente.)

martes, 1 de mayo de 2012

Concierto improvisado 23/06/2011 LA SONRISA DE JULIA.


Hasta ciertas horas del Miércoles 22, estaba previsto para el siguiente día el Festival DJ Solidario en la Universidad Complutense de Madrid con las actuaciones de artistas como Iván FerreiroLa Sonrisa de JuliaPol 3.14, entre otros. Pero por motivos desconocidos (al parecer algún fallo técnico o problemas con las instalaciones) se ha aplazado hasta nuevo aviso (todavía sin conocer).
















Pero La Sonrisa de Julia ya estaban por Madrid y no tenían ganas de volver a casa, así que se sacaron de la manga un pequeño pero intenso concierto en la sala Costello (www.costelloclub.com) programado para las 16:30 de la tarde (aunque, se abrieron las puertas a las 17:00, sin sorprender mucho el retraso).
La cola se hizo larga mientras lo preparaban todo, y me di cuenta de que el aforo de la sala no era nada exagerado, por lo que deduje que estaríamos algo apretados.


Pasamos y lo primero que que destaca es la decoración de la sala (la primera vez que estaba en Costello), algo simple pero llamativa, con poca decoración y cómodos sillones frente a la barra en la primera planta; una gran barra a la derecha de la segunda, paralelos a ella los baños y a los pies de la planta, el escenario (algo pequeño, pero suficiente). Del techo colgaban tuberías, altavoces, incluso cartones que le daban un toque distintivo y moderno que, junto a las paredes de ladrillo, hacían una buena combinación de elementos y creaban un ambiente fantástico. 
La sala se llenó, con gente hasta en el último punto de vista.




No tardó mucho en salir Marcos(voz), tras él Raul(bateria) y demás. Comenzaron poniéndonos al día de lo sucedido con el Festival y dándonos las gracias varias veces a lo largo del concierto por haber asistido a esta actuación tan repentina.
El repertorio de canciones fue bueno y variado, tocando canciones de antiguos discos (¿Dónde está mi vida? ; Libres y Grito) y del último (Extraño ; Puedo ; ¿Hay alguien más ahí? y, cómo no, una espectacular versión de su mejor tema, Loco). Aunque eché de menos temas como Llevo tu voz, EuforíaLuces de Neón.
La última parte del concierto el grupo estuvo acompañado al piano del hermano de Marcos y gran amigo del grupo, Curro.





Pero la gran e inesperada sorpresa que nos tenía preparada Marcos fue encontrarnos a Zahara subida al escenario, acompañándole en un acústico de una canción de hace bastante tiempo, y especial para el cantante: El Tren 





Respondimos muy bien a esta grata sorpresa y nos mantuvimos en silencio, atentos a aquellas voces que sonaban tan bien juntas, y además, relatando una canción preciosa e íntima.




Poco después terminó y la gente se tomó algo, charló con el grupo, con Zahara, o simplemente se fue, eso sí, con un dulce y repetidor sabor de boca.